martes, 13 de octubre de 2009

por la amputacion

He aquí la fascinante historía de Alex Mensaert, un hombre de 39 años “adicto a la amputación y casado felizmente con Melissa, mujer que lo comprende. Hace diez Alex fue atropellado por un coche y se despertó en el hospital con una de sus piernas amputada. Al contrario de lo que pasa en estos casos, Alex disfrutó tanto de la sensación que desde entonces siempre ha buscado una excusa para nuevas operaciones. Después de convencer a un cirujano para que le amputara otra parte de la pierna afectada, pagó a un médico clandestino para que éste se hiciera cargo de la otra. No satisfecho de como le quedaba el cuerpo, Alex trató de perder el brazo hasta la altura del codo. Al no poder encontrar un médico que amputara el miembro sano, Alex se congeló el brazo en hielo seco, se inyectó silicona para atenuar aún más el dolor, y ayudado con un cuchillo de cocina decidió hacer el trabajo de cirujano. Sus ansias por la automutilación no han cesado pero ha decidido parar por miedo a perder
amor l

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